El origen de su nombre nació con las primeras expediciones hispánicas que remontaron el río Paraguay en el siglo XVI en busca de las Sierras de la Plata, dichos navegantes llamaron Vuelta Fermosa o Vuelta la Formosa a la curva que describe el río frente a esta ciudad.
Formosa pertenece a la región geográfica chaqueño-argentina, destacándose por su relieve plano, su clima tropical y sus bosques con espacios claros.
Su territorio configura la silueta de un gigantesco parque, erigido a la vera de sus arroyos, ríos y riachos, donde proliferan montes de quebracho, urunday, palo santo, lapacho, timbó, palmeras y demás especies de su variada flora.
Su territorio configura la silueta de un gigantesco parque, erigido a la vera de sus arroyos, ríos y riachos, donde proliferan montes de quebracho, urunday, palo santo, lapacho, timbó, palmeras y demás especies de su variada flora.
Formosa, la ciudad capital, recostada sobre el río Paraguay, es un conglomerado urbano simétricamente dispuesto con avenidas arboladas y algunas construcciones de moderno diseño. Colorido peculiar ofrece su puerto que posee un embarcadero flotante desde el que se divisan algunas casas de la población fronteriza paraguaya de Villa Alberdi.
En los sectores aledaños convive la población indígena toba y mataca dedicados a la elaboración de interesantes artesanías.
En los sectores aledaños convive la población indígena toba y mataca dedicados a la elaboración de interesantes artesanías.
El verde intenso de sus árboles, el perfume de sus flores, el remanso de sus riachos, en fin, todo su paisaje natural, convierten a Formosa en una ciudad digna de ser conocida.
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